Para mí el spanking nació antes siquiera de descubrí que existía toda una comunidad en línea, o de leer alguna historia en la red, nació en mi como algo que no entendía, nadie nos explica ni en la casa y en la escuela esas fantasías que no son comunes y creo que no soy la única que llegó algún día a sentirse incorrecta o pensar que aquello era raro, no tenía que ser, pienso que mientras no se deñe la integridad, el respeto hacia la otra persona, la fantasía es válida o incluso para quien lo quiera tomar como estilo de vida está bien, 

      Recuerdo  las platicas con mis amigas  cuando era adolecente, de las cosas que queríamos experimentar, calladamente  me reconocía que deseaba ser azotada,  así que para vivir esa experiencia  tuve que pasar por varias situaciones antes de empezar a vivir  a esa experiencia con la que fantese realmente muchos años

      Creo que todo comenzó cuando tenía entre 15 y 16 años conocía a un chico unos años mayor que yo.

  A él lo recuerdo como simpático y tramposo, nos hicimos amigo, con el tiempo confidentes, nos llevamos realmente bien, solo que en este caso él comenzó a introducirme en sus fantasía no en las mías. no niego que su fantasía también me gusta y en su momento la disfrute mucho, aunque con muchos riesgos y de manera irresponsable, sin conocer y sin tomar precauciones. Ahora que conozco un poco más del tema no volvería a revivir esas prácticas con la misma irresponsabilidad e imprudencia con que lo hice.

A él le gustaba atar las personas,  nunca he sabido si él sabía que era el bondage básicamente podría decir que en eso consiste esa práctica aunque conlleva muchos matices. Él comenzó atarme las manos mientras veíamos películas, o solo porque si, solo teníamos que estar solos en su casa para que las cosas se dieran  poco a poco fue llevándome situaciones más fuertes, vendarme los ojos, poner música, hacer ruidos, morderme, pintarme el cuerpo, pero siempre atada y realmente nunca hizo nada sexualmente explicito, las cosas hubieran seguido funcionado para él, pero un día  yo decidí que quería algo más.  Deseaba que él me azotara y que me dejara atarlo también, ahí fue cuando acepte abiertamente  y ante una persona que quería recibir unas nalgadas,   pensé él que sería la primera persona que cumpliría mi fantasía, pero no fue así. El me dejo amarrarlo, hacer ciertas cosas, jugar con su percepción, hacerlo probar cosas, pero yo no tenía técnica ni sabia como atar correctamente a una persona sin lastimarla. Pero nunca me azoto, solo tocaba mi trasero, me daba pequeñas palmadas, o lo acariciaba, pero nunca como lo imaginaba o quería que fuera. Las cosas entre nosotros se terminaron por se pusieron raras y complejas, creo que hubo una lucha de poderes, o no lo supimos dialogar correctamente y día simplemente acabo. Ahora en estos momento de mi vida ya no sé nada él, pero me gustaría volver a verlo y preguntarle muchas dudas que tengo acerca de si él sabía lo que hacía o solo se dejo llevar por la ganas de hacer realidad esas fantasías.

    El segundo momento fue con una pareja, un día se lo planteó abiertamente y a él no le gustó la idea, lo intento y fue fallido, no tuve la suerte de contar con una persona que me complaciera en mi fantasía y nuestra relación termino, no por eso sino muchas razones. Así que él tampoco fue esa primera persona y en ese momento decidí que olvidaría la fantasía, y la vida se movió, pasaron muchas cosas que no pienso contar, pasaron muchos años y un día la fantasía me encontró a mí

    Una mala broma para alguien fue el comienzo para mi, que alguien nunca supe quien fue dio mi correo en un chat de bdsm, en ese instante me agregaron muchas personas de un solo golpe y ese momento me sentí muy molesta, pero la semillita de la duda quedo en mi. Así los días fueron pasando y hasta que me un día me di cuenta que realmente me gustaba lo que platicaba, lo que leía, no todo claro y no siempre del modo en que me lo contaban, chate mucho, con varias personas, visite varios grupos, pero además de que soy de san Luis potosí, nunca conocí ningún potosino ni alguien que me diera confianza y así paso el tiempo hasta que él apareció sin saber porque las cosas se fueron dando.